jueves, 18 de abril de 2013

Roberto Pulido es el nuevo coordinador deportivo


Roberto Andrés Pulido ("Titi") coordinará toda la actividad deportiva amateur del Atlético Echague Club. Entre otras tareas tendrá a su cargo la organización de horarios y días de entrenamiento, optimización de espacios para la práctica deportiva, atención de sugerencias y reclamos y la búsqueda permanente de mejorar la calidad de entrenamientos de cada uno de los deportistas de nuestro club.
La dirigencia del Atlético Echague club confió la coordinación de las actividades a Pulido en función de  sus antecedentes y de su desempeño en el club como preparador físico y entrenador en los últimos años.
Pulido es profesor Nacional de Educación física, está en el tramo final de la tesina en licenciatura en Educación Física y además se está capacitando en gestión deportiva.
El flamante coordinador hace varios años que está vinculado a nuestro club desarrollando diferentes actividades entre las que se destaca la preparación física del Plantel profesional de basquetbol que participa de los torneos organizados por la Asociación de Clubes de Basquetbol. Además,  posee una vasta experiencia pedagógica en escuelas primarias, secundarias y es profesor de basquetbol y prácticas gimnasticas expresivas  en el instituto de educación superior. Ha participado como disertante en numerosas clínicas de basquetbol en varias ciudades y trabajó en categorías formativas en muchos clubes de nuestra ciudad. En su currículo se destaca también que fue preparador y director técnico de la selección argentina de futbolistas amputados.
“Titi”  además de un gran profesional es una gran persona  que sin dudas podrá llevar a la práctica el anhelo de la dirigencia de incrementar la calidad en la formación de  cada uno de los deportistas del club.

Prensa AEC

miércoles, 3 de abril de 2013

El estadio Luis Butta cumplió 31 años



El estadio Luis Butta de Echagüe cumplió ayer 31 años de vida, siendo el escenario no sólo de grandes acontecimientos deportivos, sino de espectáculos musicales, eventos religiosos y políticos. 
Se trata del estadio cubierto de mayor capacidad que tiene Paraná y la provincia de Entre Ríos, lugar donde diferentes sucesos han quedado registrados. 
El mismo fue inaugurado el 2 de abril de 1982, siendo que lleva el nombre de quien marcó la historia grande de la entidad, don Luis Butta, uno de los dirigentes que guió a esta entidad en sus primeros pasos. 
A pocas horas de abrirse sus puertas tuvo un debut a lo grande, siendo sede del Torneo Panamericano Juvenil de Básquet. 
Previo a este acontecimiento, y en lo que fue la pre inauguración  quedó registrado que Daniel Sánchez, hoy periodista, se transformó en el primer jugador que convirtió un doble. Fue el 26 de septiembre de 1981, día que Echagüe jugó un amistoso con Estudiantes de Concordia. 
Entre las grandes satisfacciones, inolvidable fue el primer ascenso alcanzado por Echagüe a la Liga Nacional A en 1985; la consagración de Entre Ríos, que en 1989 consiguió su primer titulo en el Campeonato Argentino; además de los números espectáculos de carácter deportivo como el Juego de las Estrellas de básquet o la presentación de los Harlem Globetrotters, en distintas ocasiones.

El Diario

martes, 2 de abril de 2013

“Echagüe está para dar un despegue”

Sebastián Uranga habló tras la eliminación de su equipo

El DT que tuvo el AEC en la última temporada, asumió toda la responsabilidad de cómo le fue a su equipo, no negó la existencia de cortocircuitos en el plantel y reconoció que no sabe si va a seguir en su cargo. Asimismo, reconoció saber quién hizo la bandera que la barra puso a los jugadores en el partido contra San Martín, día en el que “hubo un clima enrarecido” y que “el próximo entrenador que venga se va a encontrar con un grupo de dirigentes que hoy está hablando de cuestiones de estructura, de mejorar, del futuro”.


“El entrenador tiene toda la responsabilidad, desde el lugar de donde se mire. Si me hablás de los jugadores, los elegí yo. Si me hablás de las cuestiones tácticas, las decido yo. Si me hablás de que el equipo no pudo mejorar algunas situaciones, el responsable de hacerlo soy yo. Siempre es así. Entiendo este negocio y este trabajo así. Hay que hacerse cargo de lo que a uno le corresponde”. 
Sin pelos en la lengua, como siempre, como es su estilo. Sebastián Uranga mantuvo un diálogo con EL DIARIO en el que habló de todo: su continuidad, la campaña de su Echagüe en el TNA, la química del plantel, el buen futuro que ve en la institución y hasta reconoció que en la semana de las elecciones en el club se vivió “un clima enrarecido” y que sabe quién mandó a colocar la famosa bandera que decía: “Jugadores más huevos, menos boliches”, en el televisado contra San Martín de Corrientes. 

-Ni el más pesimista hincha de Echagüe, después de cómo venía la serie con Estudiantes, más allá del 0-2, habrá pensado en una despedida así. 
-Con respecto a esto, puntualmente, no fue la primera vez que nos pasó en la temporada y cuando despertamos expectativas por haber ganado un partido de visitante o jugado bien algún encuentro terminamos cayendo mal. Si bien en Concordia no habíamos ganado, tuvimos en un juego muy cerca de hacerlo (63-66), con el merecimiento para hacerlo. En el segundo punto (58-69), si bien no jugamos tan bien entramos al último cuarto con chances. Pero en los dos casos, pagamos los problemas que tuvimos con los cierres, y cuando hablo de ellos no es sólo en los últimos minutos sino también en los momentos críticos, desaprovechando oportunidades. Por eso, creo que toda la expectativa se generó por estas dos situaciones y nadie, ni el más pesimista, podía pensar que podíamos jugar así en el tercer punto (52-69), adonde Estudiantes, un tremendo rival y que siempre nos complicó durante la temporada, jugó el mejor partido de la serie, algo lógico por el hecho de haberse sacado la presión de ganar en casa, y nosotros entramos en una vorágine y una locura que no era conveniente para enfrentar a este tipo de equipos. 
Así y todo, defensivamente no tuvimos extraordinarios problemas, los dejamos en 10 o 12 puntos de promedio por cuarto, bajaron sus porcentajes generales… Sin embargo, entre que nos neutralizaron en ofensiva, más los inconvenientes que mostramos durante todo el año, se generó un combo que no pudimos superar. 
-¿Los gritos con Aaron Williams en el banco, en el primer cuarto del tercer punto, fue sólo una calentura de partido? 
-No pasó nada. Con Aaron siempre estuvo todo bien. Ése fue un hecho que siempre trato de evitar y que se verán seguido en otros casos. En lo personal no me gustan esas situaciones y me siento mal cuando suceden. No pasó nada, de hecho, luego siguió jugando. 
-La despedida con insultos de la mayoría de la gente, ¿la entendés? 
-Un poco tiene que ver con lo que dije antes. Hubo una expectativa, se creyó que podríamos hacer las cosas de otra forma y no lo pudimos hacer en momentos clave, no sólo en el playoff. Cada vez que estábamos para dar un salto de calidad no lo pudimos hacer. 
No únicamente veníamos de dos buenos partidos en Concordia sino que arrastrábamos cuatro partidos de local ganándolos bien, contra equipos importantes. Me parece que no respondimos a las expectativas. 
-¿Ese ADN que pretendías encontrar del equipo, del cual hablaste en tu llegada como DT, de cero a cien por ciento, en que porcentaje estuvo? 
-El esfuerzo estuvo siempre. El equipo entrenó muy duro durante toda la temporada. Tuvimos casos muy buenos, no quiero dar nombres, pero hubo casos particulares que demostraron el compromiso y las ganas de estar todo el tiempo, más allá de las lesiones menores, golpes y demás que tuvieron todos, pero el tema de Andrés Landoni con su operación de nariz, el hecho de rompérsela en Sunchales, a los tres días jugar contra San Martín de Corrientes con una máscara, con lo difícil que es jugar con ella, luego la operación y automáticamente el hecho de querer entrenar para estar frente a La Unión. Son cosas del equipo, y en este caso puntual, que demuestran que el plantel estuvo siempre dispuesto al laburo, a entregarse, etcétera. 
Después sí, hubo problemas de juego. El tema de los cierres fue fatal, además de la irregularidad que tuvimos dentro de un mismo partido. 
-En este plantel, en cuanto a la unión, a la química, ¿hubo cortocircuitos? 
-No es fácil el tema de los grupos. Como entrenador sólo puedo responder en base al día a día y la verdad es que hubo varias cosas que pudimos mejorar, otras que no, tanto en lo individual como en lo grupal. Pero hacer ese tipo de análisis es muy difícil. Llegar a lograr que en seis u ocho meses todos tengan un objetivo general y no particular, o despojarse de las cuestiones particulares, que es lo soñado para todos, no es fácil en este equipo y en ninguno. 
-La llegada de Adriel Levy como psicólogo al plantel fue más por los resultados o por este tipo de cuestiones. 
-Hablé con él antes de empezar la temporada. Lo que pasa que por un motivo u otro se demoró su arribo. 
Creo fervientemente que todo lo que se pueda sumar a un plantel, a un cuerpo técnico, desde todo punto de vista, es muy bueno. Ojalá las economías ayudasen para tener 10 tipos en un cuerpo técnico. 
-El tema de las elecciones y los días tensos que se vivieron en el club, ¿influyó en ustedes? ¿Estuvieron pendientes de eso? 
-En lo personal no, no viví nada raro. A nivel grupo creería que tampoco. Por lo menos no me hicieron referencia de ese tipo. 
-La bandera que apareció ante San Martín, en el partido previo a las elecciones, la cual decía “Jugadores más huevos, menos boliches”, creés que tuvo algo que ver con esto. 
-La verdad, yo sé quién la hizo. Lo que pasa es que no tengo las pruebas necesarias como para realizar una denuncia ni mucho menos. 
Si tuvo algo que ver con el hecho de que faltaban cinco días para las elecciones, no sé, no tengo ni idea. La realidad es que ese día hubo un clima enrarecido, a pesar de jugar contra un equipo que llevaba un récord de 21-1. Sinceramente la bandera ni la vi, me enteré luego por comentarios posteriores y las imágenes de la televisión. 
-¿A nivel general creés que le hizo bien que haya elecciones al club? 
-No sé ni me voy a meter en la política interna del club. Lo único que puedo decir es referido al básquet del club, y que el próximo entrenador que venga se va a encontrar con un grupo de dirigentes que hoy están hablando de cuestiones de estructura, de mejorar, del futuro. Veo un cambio de diciembre en adelante, donde veo hablar todo el tiempo de llevar a Echagüe a un lugar más importante. Uno no sabe exactamente si será a la Liga Nacional o a ser protagonista en la parte de arriba del TNA, algo que, en definitiva, es consecuencia de lo otro. Pero, sinceramente, ha sido algo muy gratificante que sentí. Me parece que es un paso que había que dar. 
-Dijiste que el cambio fue desde diciembre. 
-A partir de diciembre lo noté. Así lo percibí. 
-Y otra cosa que dijiste fue “el próximo entrenador que venga”. Se habló de mantener una base, inclusive se dijeron nombres (Maldonado, Uranga junior y Hernández) y la idea de que continúes en tu cargo, ¿no vas a seguir? 
-No es un momento para que hable. Hay que dejar tranquilo a los dirigentes, que se reúnan, que piensen bien y se sabrá… 
-Pero la idea de que sigás con el proyecto está. 
-No, no sé. La única realidad es que terminé mi contrato y que Echagüe está bien. Está en una situación para dar un despegue. Y algo que creo mucho, y que después repercute absolutamente en el rendimiento del equipo, tiene que ver con lo que es la estructura, los climas. Expresándolo hasta numéricamente ese cambio de clima que noté, indudablemente sin hablarlo con ningún jugador y que ellos también han percibido, ayudaron a que ganemos seis de los últimos 11 partidos de la fase regular. 
Igualmente, yo no quedé conforme, deportivamente, con lo que pasó en la temporada. Creo que estuvimos muy cerca de evitara San Martín o Estudiantes, los dos mejores récord del país, y estuvimos cerca de terminar cuartos o quintos. 
-¿Y en algún momento se te cruzó lo otro, no pensar en el descenso, pero sí quedar afuera de los playoffs? 
-Lo peor que se me ocurrió es saber que iba a jugar playoff tras un mano a mano con La Unión. Igualmente, todo viene de antes. Reitero, no es ni excusa ni suerte. Es una faceta de juego, importantísimo, que no pudimos solucionar a pesar de que ganamos algunos partidos cerrados. 
Insisto, no quedé conforme porque pienso que el equipo podría haber jugado mejor, sobre todo más parejo, y que podríamos haber tenido un cruce más accesible. 
Pero por otro lado siento que Echagüe esta bien. Hace un año muchos me recomendaban que no venga, que acá no se podía hacer nada. Sin embargo, siempre pensé que haciendo dos o tres cosas bien Echagüe explotaba. Tiene algunos valores muy buenos, es un club de básquet, con una popularidad que, a veces, en la cancha no se refleja tanto pero vas por la calle y mucha gente se te acerca para preguntarte algo, y ahora pasados diez meses de eso estoy mucho más convencido. 
Después de ese cambio de clima, el hecho de escuchar de hablar de otras cosas… creo que hay que apoyar a estos dirigentes que están muy centrados en tratar cuestiones que en Echagüe han sido postergadas. 
El club viene de años de no lograr engancharse definitivamente, tanto en estos últimos dos años de TNA, como los anteriores en la Liga B, y nosotros estuvimos muy cerquita de esa posibilidad y no la pudimos agarrar. 
-Hiciste mucho hincapié en que en el club se empezó a hablar de otras cosas, ¿De que se hablaba antes? 
-Cuando hable de “hablar de otras cosas” me refiero a hablar de estructuras, de mejorar. Me parece que los clubes, así como hablábamos de los equipos, necesitan despojarse de las cuestiones personales, hay que tener objetivos generales, si querés estar entre los mejores, que creo que está en condiciones de hacerlo en pocos años, hay que empezar a pensar en una organización de primer nivel y estoy escuchando claramente eso. De profesionalizar áreas, por ejemplo, entre otras cosas. 
-Por todo esto que decís, se te notan las ganas de seguir como DT. 
-No, yo no hablo de ganas, no hablo de nada. Este momento no es mi tiempo, es el de los dirigentes. Acá Uranga o quien sea en entrenador, en este caso, es un dato menor. Lo que si puedo decir, es que agradezco a cada una de las personas, desde el portero hasta los jugadores, la gente, los pibes de las inferiores, etc, todos me brindaron mucho cariño. 
Hoy en día hay una plataforma para tener un despegue, no se si inmediato, pero si para empezar a hablar de otras cosas. Hoy si tengo que recomendar a Echagüe lo hago sin dudas. 
-La dirigencia y el técnico a quienes les toque estar en el cargo en 2013/14 deberán ser concientes de que la gente ya está cansada de pensar en los puestos de abajo, ¿están en condiciones de pelear por más? 
-Creo que sí. Siempre pensando que el dinero es muy importante. No voy a nombrar otro club, pero me animaría a decir que Echagüe tuvo uno de los cinco peores presupuestos de la temporada… 
-Otra vez… 
-Pero bueno, es la capacidad que hay. Sé que trabajan para crecerlo. Todo es un proceso, nada es de un día para el otro. Es de un día para otro si tenes una billetera gigante y podes seducir a cualquier jugador… 
-Cuestión que tampoco te asegura nada… 
-Tampoco te asegura nada y juegan, hablando mal y pronto, a plata o mierda, o título o nada. Acá lo que hay que tratar de ver y pedir es mejorar esa estructura; entre los dirigentes y el entrenador administrar bien esos recursos y tratar de ponerle una enorme sensibilidad a todo lo que hace la cuestión estructural porque de eso se trata, de relaciones humanas. Entiendo la ansiedad de la gente pero voy a ser reiterativo hasta al cansancio con lo que siento hoy, hoy en Echagüe se habla de otra cosa y hay una mentalidad de crecimiento. Es por eso que a nadie le asusta que si se juega mal, se reciban insultos o desaprobación. Lo que uno no quiere, y esto no depende de la gente, es ponerle palos en la rueda a esta situación de crecimiento y cuando se vea gente que quiere hacerlo es preferible que no esté más.

Santiago Reutemann