El día del básquet entrerriano

El 11 de marzo de 1989 la provincia lograba su primer título.
El seleccionado de Miguel Volcan Sánchez conseguía en el estadio Luis Butta, y ante 5.000 personas, el Campeonato Argentino de Mayores, con el sello imborrable de Aníbal Sánchez en su eterno triple que alcanzó para vencer 92-90 a Tucumán en la final.


“Faltaban 34 segundos y Carlos Delfino erró un foul. Tucumán llevaba un punto de ventaja (90-89) y conservó la punta hasta el filo de los 30 segundos. La recuperó Entre Ríos bajo su aro y la redonda llegó a manos de Aníbal Sánchez. Dos pasos en terreno adversario y el lanzamiento que millares de ojos siguieron con la vista y el corazón. Llegó el triple clavándose en el aro. Entre Ríos 92 a 90. Festejo, invasión de cancha pero restaban 4 segundos. Todo el mundo afuera para seguir palpitando esa eternidad hasta que, ahora sí, los brazos arriba, el grito ferviente. Un partido que tuvo todos los ingredientes de una auténtica final, por lo emotivo, por los matices técnicos, por la limpieza, por el inobjetable arbitraje de Alagastino y Etchart. ¿Qué podía faltar? Nada, porque el tiempo reglamentario terminó 81 a 81, y la incógnita se extendió al suplementario. Los primeros 20 minutos también fueron parejos: 44 a 42 para los locales. Primer título para los verdes y un aplaudido subcampeón. Era la tercera vez que Entre Ríos arribaba a esta instancia y la tercera fue la vencida, en buena ley, porque el equipo se impuso dos veces a su escolta y en el rosario de victorias se enhebraron los logros frente a Buenos Aires (tercero) y a Córdoba (cuarto). Un campeón invicto, para una provincia feliz”. 
Este es un fragmento de lo que publicó EL DIARIO el domingo 12 de marzo de 1989, bajo el título: Entre Ríos, con un triple para la historia, para así reflejar aquella epopeya que acabó con varios años de sequía. 
La 56º edición del Más Argentino de los Campeonatos había llegado a la provincia como en el 41 y el 67. 
El esfuerzo de haber comenzado a trabajar desde el 23 de enero dio sus frutos. Miguel Volcan Sánchez había sido el elegido por la Federación de Básquetbol de Entre Ríos, que tenía a Luis González como presidente y que sabía que esta era una buena chance de tomarse revancha de aquellos títulos que quedaron cerca en 1967, en cancha de Recreativo, y en 1984, en Misiones. 
De aquellos 17 jugadores que iniciaron el proceso que tuvo a Daniel Lali Ortega en la preparación física, el DT uruguayo se inclinó por Luis Chuzo González, Sebastián Uranga, Aníbal Sánchez, Carlos Delfino, Horacio Pacheco, Miguel Zandomeni, Eduardo Jacobo, Eduardo Musante, Diego Mugherli, Santiago Vesco, Paúl Ortíz y Claudio Lolo Farabello. 
EL TORNEO.

Llegó el 4 de marzo y en el camino las tres victorias en los tres amistosos de preparación, frente a un combinado llamado Las Estrellas, Santa Fe y Tucumán, eran una gran motivación no sólo para el plantel sino también para una provincia, y principalmente una ciudad de Paraná, que vivió la semana de básquet a pleno, colmando la cancha de Echagüe. 
Por el Zona 2, en la sede de Paraná, los entrerrianos comenzaron con un buen triunfo sobre Corrientes (92-63). En la segunda jornada, llegó el momento de Chaco y un nuevo festejo, aunque con más trabajo, por 88 a 75. Hasta aquí, el Chuzo demostró todo su potencial goleador (22 y 27 tantos, respectivamente), estando bien acompañado por Uranga y Delfino. 
Fue el turno de verse con el rival más complicado de la instancia, el Buenos Aires de Daniel Allende, con Aldo Yódice y Adolfo el Gurí Perazzo, entre otros. El Panza Verde empezó a demostrar un crecimiento y a González, Uranga y Delfino se sumaron Sánchez y el turquito Jacobo, que a la larga sería la gran revelación del certamen, para así cerrar la tercera victoria (75 a 72). 
En la Segunda fase, por el Grupo B, siempre en Paraná (las subsedes fueron Gualeguayghú y Concepción del Uruguay), Entre Ríos doblegó 98-85 al Santiago del Estero de Miguel Cortijo, y al Tucumán del Negro Carlos Romano por un aplastante 108-79. Fue entonces el turno de buscar ante Córdoba el pase a la gran final. 
Con Walter Garrone al mando, y Rubén Magnano como asistente, aquel plantel cordobés tenía a Marcelo y Mario Milanesio, Carlos Cerutti, un joven Diego Osella y al mismísimo Héctor Campana. 
Tucumán, con el apoyo total del público local, ya había dado la nota al vencer 92-85 a Buenos Aires y esperaba por un rival para el mano a mano por el título. 
Ganar significaba mucho para Entre Ríos, sabiendo que a los tucumanos ya los había abatido en dos ocasiones. Los hermanos Milanesio, suspendidos por actos de indisciplina, no podían jugar. No obstante, ese mismo día del partido el Pichi llegó de su luna de miel, sin saber que se encontraría con una soberbia defensa de Jacobo que, sumado a los 27 puntos del Chuzo, fueron clave para el 81 a 79 final. 
En el imborrable recuerdo quedarán aquellos segundos finales ante Tucumán, con el lanzamiento apresurado de Roque San Martín, el rebote de Delfino y el pase para que Aníbal Sánchez, también con tiempo en el reloj, apostara a convertir un triple que hizo de ese 11 de marzo el día del básquet entrerriano. 
Por siempre Aníbal 
De los 12 jugadores que integraron aquel histórico plantel el único fallecido es Aníbal Sánchez. El 10 entrerriano murió el 3 de enero de 1990, luego de un accidente automovilístico sufrido a 210 kilómetros de Bahía Blanca. 



FOTO (1):Arriba, de izquierda a derecha: Sebastián Uranga, Carlos Delfino, Paúl Ortiz, Luis González, Eduardo Jacobo, Claudio Farabello, Miguel Volcan Sánchez (DT) y José Cottonaro (AT). Abajo, de izquierda a derechaAlfredo Aguilar (utilero), Diego Mugherli, Santiago Vesco, Miguel Zandomeni, Horacio Pacheco, Eduardo Musante y Aníbal Sánchez.


Santiago Reutemann, para El Diario

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