El estadio Luis Butta, un lugar de grandes momentos
El Gigante de cemento, todo un símbolo de la provincia, está siendo remodelado y el 31 de julio se espera que luzca con su nuevo piso deportivo. Desde 1972, hasta la actualidad, toda su historia.
Escenario de grandes noches, el estadio Luis Butta es el centro de atención de todos los socios y allegados al Atlético Echagüe Club, quienes esperan con ansias la culminación de las obras de remodelación del nuevo piso, el cual está siendo cambiado completamente.
Pero detrás de este Gigante de cemento hay una historia, la cual acumula ya 42 años desde aquel 1972 cuando bajo la presidencia de Jorge J. Butta se dieron los primeros pasos hacia su construcción.
Para cumplir este gran sueño fue primordial la cancelación de las deudas que generó la construcción de las piletas de natación.
La falta de un lugar que recibiera espectáculos importantes se sentía. Y no solamente pensando en el deporte, sino también en festivales artísticos de concurrencia masiva.
La edificación del Centro Comunitario Polivalente, como era nombrado en el libro de las Bodas de Oro del club, antes de ser bautizado, necesitó de 10 años en los que se fueron cumpliendo diferentes etapas.
El 18 de septiembre de 1973, la adquisición del terreno situado en la parte sur del club al señor Camilo Carena fue el “salto inicial”. Luego, el AEC también obtuvo el inmueble lindante, propiedad de Carlos Erbetta, de acuerdo a la escritura del 3 de abril de 1979.
Previo a un estudio de los suelos, el anteproyecto fue encargado a los arquitectos Mario Stoppello y Arturo Zuttión. En cuanto al cálculo de hormigón armado, lo realizó el ingeniero Hugo Fratta.
El 30 de agosto de 1974 se abrió el concurso tras el llamado a licitación para el hormigón armado de la primera etapa. La obra fue adjudicada a la firma Werkalec y Cía SRL y el 3 de marzo de 1975 se firmó el contrato. Más tarde, en septiembre del mismo año, se transfirió el contrato a Antonio Caballi, que en febrero de 1976 finalizó la primera etapa.
Debido a la situación económica del país, los trabajos sufrieron un parate hasta julio de 1978 y allí es la compañía CKM Construcciones la que concretó la estructura completa de hormigón armado.
Para cumplir este gran sueño fue primordial la cancelación de las deudas que generó la construcción de las piletas de natación.
La falta de un lugar que recibiera espectáculos importantes se sentía. Y no solamente pensando en el deporte, sino también en festivales artísticos de concurrencia masiva.
La edificación del Centro Comunitario Polivalente, como era nombrado en el libro de las Bodas de Oro del club, antes de ser bautizado, necesitó de 10 años en los que se fueron cumpliendo diferentes etapas.
El 18 de septiembre de 1973, la adquisición del terreno situado en la parte sur del club al señor Camilo Carena fue el “salto inicial”. Luego, el AEC también obtuvo el inmueble lindante, propiedad de Carlos Erbetta, de acuerdo a la escritura del 3 de abril de 1979.
Previo a un estudio de los suelos, el anteproyecto fue encargado a los arquitectos Mario Stoppello y Arturo Zuttión. En cuanto al cálculo de hormigón armado, lo realizó el ingeniero Hugo Fratta.
El 30 de agosto de 1974 se abrió el concurso tras el llamado a licitación para el hormigón armado de la primera etapa. La obra fue adjudicada a la firma Werkalec y Cía SRL y el 3 de marzo de 1975 se firmó el contrato. Más tarde, en septiembre del mismo año, se transfirió el contrato a Antonio Caballi, que en febrero de 1976 finalizó la primera etapa.
Debido a la situación económica del país, los trabajos sufrieron un parate hasta julio de 1978 y allí es la compañía CKM Construcciones la que concretó la estructura completa de hormigón armado.
LA HORA DEL CERRAMIENTO.
Diferentes empresas y firmas son vitales para continuar con el cerramiento del gimnasio.
El 28 de febrero de 1981 se termina la colocación del techo y cielorraso metálicos, obras que empezaron un año antes a través de FERMA de Esperanza, Santa Fe.
El sueño estaba cada vez más cerca de plasmarse cuando los trabajos de revoques, colocación de aberturas y vidrios, etc. empezaron a dejar todo en condiciones para recibir cualquier tipo de evento.
Las primeras pruebas de la importancia y la necesidad que tenía Paraná de contar con un lugar de este tipo quedó plasmada ante las primeras reuniones boxísticas y culturales, antes de ser uno de los símbolos del básquetbol no solo de la ciudad, sino también de la provincia y la región.
Por otra parte, el ingeniero Julio Francisco Stello fue clave colaborando con la conducción, proyección y ejecución de la instalación de todo lo referido a la iluminación.
El 28 de febrero de 1981 se termina la colocación del techo y cielorraso metálicos, obras que empezaron un año antes a través de FERMA de Esperanza, Santa Fe.
El sueño estaba cada vez más cerca de plasmarse cuando los trabajos de revoques, colocación de aberturas y vidrios, etc. empezaron a dejar todo en condiciones para recibir cualquier tipo de evento.
Las primeras pruebas de la importancia y la necesidad que tenía Paraná de contar con un lugar de este tipo quedó plasmada ante las primeras reuniones boxísticas y culturales, antes de ser uno de los símbolos del básquetbol no solo de la ciudad, sino también de la provincia y la región.
Por otra parte, el ingeniero Julio Francisco Stello fue clave colaborando con la conducción, proyección y ejecución de la instalación de todo lo referido a la iluminación.
LOS PRIMEROS PIQUES.
Para la preinauguración del estadio se disputó un cuadrangular denominado Torneo Circuito, el que contó con la participación, además de Echagüe, de Tomás de Rocamora de Concepción del Uruguay, Central Entrerriano de Gualeguaychú y Estudiantes de Concordia. El certamen se jugó el 26 y 27 de septiembre de 1981.
El evento se llamaba así ya que se desarrollaron cuatro, uno en cada ciudad entrerriana, siendo el de Paraná el de cierre.
Rocamora, así como marcó su poderío en el primero, en Concordia; en el segundo, en su casa; y en el tercero, en Gualeguaychú, también lo hizo en la capital de la provincia. En la primera fecha, el AEC ganó 84-73 ante Estudiantes, mientras que Los Rojos superaron 66-63 a los de la Ciudad del carnaval. Ese 26 de septiembre, Daniel Sánchez, ex jugador, ex DT y actualmente periodista, tuvo el honor de quedar en la historia al convertir el primer doble. Fue para los paranaenses, que completando la doble jornada vencieron 85-64 a Central (Rocamora le ganó 60-58 a Estudiantes).
Un día después, CEC se subió al podio tras festejas 74-69 ante CEE, y la final fue para los de La Histórica tras un 66-63 contra aquel Echagüe que orientaba Roberto Zalazar.
El evento se llamaba así ya que se desarrollaron cuatro, uno en cada ciudad entrerriana, siendo el de Paraná el de cierre.
Rocamora, así como marcó su poderío en el primero, en Concordia; en el segundo, en su casa; y en el tercero, en Gualeguaychú, también lo hizo en la capital de la provincia. En la primera fecha, el AEC ganó 84-73 ante Estudiantes, mientras que Los Rojos superaron 66-63 a los de la Ciudad del carnaval. Ese 26 de septiembre, Daniel Sánchez, ex jugador, ex DT y actualmente periodista, tuvo el honor de quedar en la historia al convertir el primer doble. Fue para los paranaenses, que completando la doble jornada vencieron 85-64 a Central (Rocamora le ganó 60-58 a Estudiantes).
Un día después, CEC se subió al podio tras festejas 74-69 ante CEE, y la final fue para los de La Histórica tras un 66-63 contra aquel Echagüe que orientaba Roberto Zalazar.
EN UNA FECHA PARTICULAR.
La inauguración oficial del estadio se produjo un día muy especial. El 2 de abril de 1982, mientras las Islas Malvinas eran ocupadas por las Fuerzas Armadas Argentinas en el conflicto con Inglaterra, se descubrió la placa con el nombre de Luis Butta y los equipos de Obras Sanitarias, Ferro Carril Oeste, la selección de Entre Ríos y el propio Echagüe, con dos refuerzos de jerarquía, como Ernesto Finito Gehrmann y Adolfo Gurí Perazzo, jugaron un cuadrangular que quedó en mano del elenco de Caballito.
EL PISO DE MADERA.
El primer gran espectáculo basquetbolistico que recibió el Luis Butta fue el Panamericano Juvenil, en septiembre del ‘82. Sin embargo, antes, en el mes de julio, el Campeonato Argentino Juvenil fue todo un desafío para la Federación de Básquet de Entre Ríos que para contar con la habilitación de la Confederación Argentina de Básquetbol debió colocar tableros electrónicos, tableros que “cuando llegaron, la gente iba a ver como funcionaban”, según recordó José Luis Atencio, quien asumió ese mismo año como presidente de la FeBER, en el libro Entre Ríos de pasión y oro.
El certamen fue un éxito, con una recordada final entre la Córdoba de Héctor Pichi Campana y Marcelo Milanesio; y Capital Federal.
Durante el Argentino, el propio Atencio propuso a Entre Ríos como sede del Panamericano y si bien la CABB aceptó puso una condición: había que colocar el piso de madera.
Allí comenzaron los trámites para conseguir el mismo y tras gestiones con el por aquel entonces gobernador provincial Washington Ferreira, acceder al piso de madera de lapacho paraguayo fue un hecho. Éste fue cedido al AEC y financiado con un crédito del Banco Municipal.
Para su colocación se necesitaron unos 21.000 tarugos y trabajaron obreros de Vialidad y la propia Federación.
Esta nueva obra finalizó a tiempo, sobre el comienzo del certamen continental, inclusive los cambios de último momento que hubo que hacer en las jirafas ya que la CABB exigía que debían estar 20 centímetros más atrás.
Todo quedó en el recuerdo a los pocos días y el 11 de septiembre unas 4.300 personas sufrieron con la victoria del Brasil de Paulinho, Pipoca y Edu ante la Argentina de Uranga, Montenegro, Richiotti, Campana y Haile por 87 a 83. Lo recaudado sirvió para pagar el crédito para el piso.
OTROS TIEMPOS. Del 28 de septiembre al 3 de octubre de 1999, Paraná fue sede del VI Congreso Misionero Latinoamericano y I Congreso Americano Misionero, y entre los lugares donde se realizaron actividades el estadio Luis Butta fue uno de ellos. Por tal motivo, para la ocasión pudieron definirse algunas obras que estaban pendientes, como mayor comodidad en las plateas, vestuarios y baños, además de algunos detalles como un alfombrado que no duró mucho.
Hoy en día, el estadio continúa sufriendo modificaciones y así como se acondicionaron sus ingresos, se inauguró un gimnasio en la parte baja de la preferencial y se construyeron oficinas, ahora llegó el turno para una obra esperada por todos, la colocación del nuevo piso deportivo, la cual está a cargo de la empresa Servicios y Procesos SRL de Misiones y se estima que llegará a su fin el próximo 31 de julio.
TRES DE TRES
5.500
espectadores, es la capacidad total con la que cuenta el estadio, utilizando la cancha de básquet para la colocación de sillas, por ejemplo, para festivales de box. En las tribunas entran 4.000 personas, 500 más con las plateas.
1986
fue el año en el que Echagüe hizo su debut en la Liga Nacional A ante River. Se habla de que unas 5.000 personas coparon el estadio y muchas quedaron afuera.
1989
fue el año de otra noche mágica, la del triple de Aníbal Sánchez en la final frente a Tucumán para obtener el primer título argentino. Algo parecido se vivió en 2002.
Santiago Reutemann, para El Diario.-
El certamen fue un éxito, con una recordada final entre la Córdoba de Héctor Pichi Campana y Marcelo Milanesio; y Capital Federal.
Durante el Argentino, el propio Atencio propuso a Entre Ríos como sede del Panamericano y si bien la CABB aceptó puso una condición: había que colocar el piso de madera.
Allí comenzaron los trámites para conseguir el mismo y tras gestiones con el por aquel entonces gobernador provincial Washington Ferreira, acceder al piso de madera de lapacho paraguayo fue un hecho. Éste fue cedido al AEC y financiado con un crédito del Banco Municipal.
Para su colocación se necesitaron unos 21.000 tarugos y trabajaron obreros de Vialidad y la propia Federación.
Esta nueva obra finalizó a tiempo, sobre el comienzo del certamen continental, inclusive los cambios de último momento que hubo que hacer en las jirafas ya que la CABB exigía que debían estar 20 centímetros más atrás.
Todo quedó en el recuerdo a los pocos días y el 11 de septiembre unas 4.300 personas sufrieron con la victoria del Brasil de Paulinho, Pipoca y Edu ante la Argentina de Uranga, Montenegro, Richiotti, Campana y Haile por 87 a 83. Lo recaudado sirvió para pagar el crédito para el piso.
OTROS TIEMPOS. Del 28 de septiembre al 3 de octubre de 1999, Paraná fue sede del VI Congreso Misionero Latinoamericano y I Congreso Americano Misionero, y entre los lugares donde se realizaron actividades el estadio Luis Butta fue uno de ellos. Por tal motivo, para la ocasión pudieron definirse algunas obras que estaban pendientes, como mayor comodidad en las plateas, vestuarios y baños, además de algunos detalles como un alfombrado que no duró mucho.
Hoy en día, el estadio continúa sufriendo modificaciones y así como se acondicionaron sus ingresos, se inauguró un gimnasio en la parte baja de la preferencial y se construyeron oficinas, ahora llegó el turno para una obra esperada por todos, la colocación del nuevo piso deportivo, la cual está a cargo de la empresa Servicios y Procesos SRL de Misiones y se estima que llegará a su fin el próximo 31 de julio.
TRES DE TRES
5.500
espectadores, es la capacidad total con la que cuenta el estadio, utilizando la cancha de básquet para la colocación de sillas, por ejemplo, para festivales de box. En las tribunas entran 4.000 personas, 500 más con las plateas.
1986
fue el año en el que Echagüe hizo su debut en la Liga Nacional A ante River. Se habla de que unas 5.000 personas coparon el estadio y muchas quedaron afuera.
1989
fue el año de otra noche mágica, la del triple de Aníbal Sánchez en la final frente a Tucumán para obtener el primer título argentino. Algo parecido se vivió en 2002.