Marcelo Casaretto y el descenso de #Echagüe al TNA.
El máximo responsable del básquet profesional del AEC se refirió a la serie con Boca, el plantel, distintos momentos de la temporada y el futuro de la institución.
Sabíamos que el objetivo era pelear la permanencia y la meta era ganar el quinto partido del play out y mantenernos en la Liga desde el primer momento. Así que llegamos hasta el sábado en esa situación pensada como una probabilidad cierta desde el principio. Al tirarse la bola hacia arriba en el último encuentro, sabíamos que era muy difícil porque el equipo no había ganado en 30 partidos como visitante. El desarrollo del juego fue adverso desde el principio, y se mantuvo en esa tónica todo el juego. Así que cuando terminó el partido estaba asimilado ese resultado posible”.Cuando sonó la chicharra y ganó Boca, esto fue lo primero que se le cruzó a Marcelo Casaretto por la cabeza.
El máximo responsable del básquet profesional de Echagüe dialogó con EL DIARIO y, además de la serie con Boca, se refirió al plantel, distintos momentos de la temporada y el futuro de la institución.
-¿Esperabas más de los jugadores, sobre todo teniendo en cuenta el cambio positivo en los dos juegos en Paraná?
-Perdimos la categoría en el partido del sábado. Pero jugamos 61 en la Liga, con un record negativo. Habría que analizar toda la temporada. Seguramente hubo errores de los dirigentes, del cuerpo técnico y de los jugadores en toda la campaña.
Primero tenemos que mirarnos cada uno de nosotros si hicimos todo lo posible para consolidar a Echagüe en Primera. No creo que si hubiésemos ganado éramos todos unos fenómenos, y si perdíamos éramos un desastre.
Echagüe estuvo al día con los salarios de jugadores y cuerpo técnico toda la temporada. Humildes, pero pagamos al día.
Los extranjeros viajaron a sus países firmando el libre deuda total. A los nacionales les pagamos mayo antes de esta serie. Nos quedan los pagos de junio y julio que se cancelan con los aportes mensuales de los sponsors de esos meses. Pero está claro que afrontamos el play out contra un equipo del doble de presupuesto que nosotros y competimos contra quienes tenían hasta tres veces el nuestro, con jugadores de Selección, campeones olímpicos, etc.
-Entonces el primer gran error no fue subestimar un poco la competencia pensando que se podía jugarles con un plantel de TNA?
-El equipo de Echagüe fue de Liga Nacional, humilde pero de Liga Nacional. Solano es selección dominicana; Ayarza de Panamá; Green y Caracter jugaron en la NBA.
Nocedal jugó en Boca, Estudiantes y Weber; Uranga en Obras y Sionista, entre otros; Baeza en Instituto; Barroso en La Unión y Atenas; Buemo en Sionista; Zustovich en Peñarol. Algunos de ellos no fueron titulares o eran juveniles y apostamos a su crecimiento acá. De recambios temporales vinieron Weigand desde Boca y muchos clubes; y Millsap de Lanús, Sionista y otros.
Probamos técnicos experimentados como Maffei, jóvenes como Najnudel, y de la casa como Barsanti.
Intentamos todo lo que pudimos, en el marco de lo que nos permitía nuestro presupuesto.
Apostamos por Ruiz Moreno, que no había jugado A; o por Stucky, que tampoco lo había hecho. Ahora, jugadores estrellas de la A evidentemente no podíamos pagar.
-Los que apostaron a que crezcan se puede decir que cumplieron, pero los Mayores y extranjeros, salvo Solano, no; o quizás les faltó ese plus que este plantel necesitaba de ellos sabiendo lo que les tocaría afrontar, una temporada complicada. ¿Coincidís?
-Tuvimos muchos problemas de lesiones que afectaron a los tres periodos de entrenadores y no les permitieron trabajar con el equipo completo toda la temporada. Creo que todos pusieron su esfuerzo.
Claramente los jóvenes jugaron Liga local, Dos Orillas y Liga de Desarrollo, con buenos resultados, y se han ganado el reconocimiento.
Solano fue el tercer goleador de la Liga y quinto en valoración, siendo un joven. Pero el sábado no tuvo un buen partido. Los demás fueron irregulares, con momentos buenos y malos.
Jugadores buenos hay muchos, con talento y demás. Pero lo que marca el nivel de cada uno, en primer lugar, es la condición atlética y derivado de eso, el presentismo de más de 90% en una temporada. Ya si un jugador se pierde 15 o 20 partidos, y siempre esta medio lesionado o en recuperación, es muy difícil sostenerse en una competencia tan dura, y eso tiene que ver con su disciplina a lo largo de los años, su entrenamiento, su cuidado personal, la alimentación, los descansos. Después, si hay talento mejor. Y si hay fortaleza mental para asumir estos desafíos, mejor. Pero si cada partido teníamos dos o tres lesionados, se hacía difícil competir, porque no nos sobraba nada ante ningún rival.
-¿En su momento no se tardó mucho en despedir a Daniel Maffei en pos de generar un cambio? Encima con él, más allá que llegó Solano, se gastaron cuatro posibilidades de recambio que podrían haberse utilizado más adelante.
-Con Maffei planificamos la pretemporada y la temporada, y se hizo el armado inicial. Tuvo el apoyo total de nuestra parte en una primera fase de 18 partidos. Los resultados fueron malos y decidimos el recambio. Si era en la segunda fecha, antes o después, claro, es opinable. Él propuso los recambios de jugadores y nosotros aceptamos, confiando en que podíamos mejorar el equipo. Daniel Maffei es un profesional, no un improvisado.
-Lo de Barsanti, cuando lo reemplazó y después se venció su plazo, ¿no crees que fue una desprolijidad? Ustedes querían que siguiera pero reglamentariamente no se podía. ¿No se podría haber evitado este inconveniente?
-Reglamentariamente se podía y por eso la Asociación de Clubes lo habilitó y dirigió 11 partidos en ese primer ciclo. Pero apareció la presión de la CODITEP y lo llevaron a renunciar. Esa fue una decisión personal de él en ese momento, para no resentir la relación con sus colegas, pero el club hizo todo de acuerdo a las normas en cada momento.
Cuando renuncia elegimos a otro entrenador joven como Ivan Najnudel, que venía con buenas referencias de su agente Carlos Prunes y de Julio Lamas, de quien fuera su asistente en Liga Nacional por muchos años.
-Pero a Najudel, en un principio, no lo querían como DT. ¿Llegó por descarte? ¿Apuntaron a entrenadores con experiencia pero sus condiciones eran imposibles para AEC?
-Cuando teníamos que elegir entrenadores evaluamos decenas de nombres y hablamos en cada caso con tres o cuatro de los posibles. Los entrenadores más acreditados, en general, declinaron dirigir a Echagüe, porque generalmente se manejan con sus representantes y sus jugadores, que no estábamos en condiciones de contratar. Además, los salarios requeridos estaban entre más del doble o del triple de lo que podíamos pagar.
Cambiando de tema ¿Derrick Caracter, en lo personal, con sus caprichos, te falló?
-Caracter fue el mejor pivote que tuvimos. Pero como todos, seguramente podía haber rendido mucho más, y en contra de todos los pronósticos que se iba en cualquier momento, se quedó hasta el último juego.
-Así como están las cosas malas, también hubo algunas buenas. Paraná tuvo un año más de LNB, quedaron las obras de infraestructura que se tuvieron que hacer en tiempo récord para jugarla, y pensando en el plantel del futuro hay una base de jugadores interesante.
-Así es. En Liga de Desarrollo estuvimos en semifinales, hay una gran base: Buemo, Stucky y Barroso tienen contrato vigente para la temporada que viene y hay muchos jóvenes más que pueden crecer. Nos gustaría que siga Zustovich, pero esta a préstamo de Peñarol.
Echagüe llegó a lugares adonde no estaba hace 22 años. Recibimos a grandes campeones y pudimos ganarles a varios. Echagüe creció en su estadio, en iluminación, piso, tableros electrónicos y demás. Y cumplimos con todo el calendario.
El hincha
El público de Echagüe entendió el mensaje y acompañó toda la temporada. Desde el principio y hasta el final. Fue conmovedor en los primeros partidos y en la serie final con Boca, jugando a estadio lleno.
Al quinto juego viajaron más de 100 personas a más de 500 kilómetros de distancia, por medios propios.
Críticas hay y habrá siempre, pero normalmente es de gente que tiene intereses creados políticos o internos del club, o de quienes no entienden lo duro que es competir en la elite del básquet en la segunda liga de América, después de la NBA.
PENSANDO A FUTURO
-Después de este descenso, ¿Cómo quedó el club políticamente hablando? En la previa a la adquisición de la plaza muchos estuvieron en contra y vaticinaban un desenlace así. ¿Vas a seguir como dirigente de Echagüe?
-La participación en Liga Nacional se aprobó en comisión directiva por unanimidad, y aclaro una vez más que Echagüe hizo un canje de plazas con Lanús, no compró ni pagó un peso.
El mandato de comisión directiva vence el mes que viene, así que se llamará a elecciones para todos los cargos. Los socios son quienes tienen la palabra en cuanto al futuro del club. En mi caso fui convocado como Vicepresidente por el Presidente Escurra, hace algunos años. Agradezco la confianza dispensada en este tiempo por los socios. En su momento fuimos elegidos con el 70% de los votos de los socios, por voto directo en las urnas.
Cuando me sumé como dirigente el club estaba en la Liga B, llegamos al TNA y a Primera. Ahora volvemos al TNA, pero siempre con las cuentas en orden y el club saneado. Para el básquet profesional no se afectan fondos de cuotas sociales o de aranceles deportivos.
Echagüe seguirá adelante con estos u otros dirigentes, técnicos o entrenadores. Las personas pasan, las instituciones quedan.
-¿Te gustaría continuar?
-Aporté mucho tiempo, esfuerzos, dinero personal, relaciones. En muchos casos era el único, o a lo sumo me acompañaba otro dirigente. Yo me hago cargo de todo, lo bueno, lo malo y lo feo. Asumí un compromiso y lo cumplí desde el primero y hasta el último día, nunca abandono el barco.
Siempre puse al club por encima de las personas, aunque con algunos sea amigo y comparta cosas, y con otros no lo sea o no comparta sus pensamientos.
Manejar el deporte profesional no es hacer dos o tres comentarios por redes sociales o grupos de whatsapp. A veces, quienes los hacen ni siquiera tienen trabajo o encaminadas sus vidas y pretenden opinar acerca de contratos importantes o decisiones millonarias.
Si en el club aparecen grupos de socios que aportarán ese tiempo, esfuerzo y dinero, adelante. Siempre tienen las puertas abiertas y tendrán el apoyo que se necesita. Ahora, si lo que quieren es meterse para en lugar de aportar, cobrar un sueldo; me parece vamos por un camino equivocado.
Santiago Reutemann, para El Diario