Cómo puede cambiar tanto un equipo de una presentación a otra? En tan solo cuatro días Echagüe pasa de la gloria al abismo. Y son todas cuestiones que muestra este irregular equipo que, pese a la gran racha del 2016, sigue en esa duda si saltar definitivamente a la pelea por los play off, o seguir deambulando en la tabla.
Lo cierto es que fue un espectador de lujo en cancha, ante Unión que nunca vio peligrar su victoria. Fue derrota abultada y merecida del AEC, 90 a 66, ante el Tatengue.
PARA EL OLVIDO.
Luego de un comienza en desventaja, rápidamente Echagüe se recuperó. Primero desde la faz defensiva, con importantes rebotes que contribuyeron a la respuesta ofensiva y luego en su eficacia en la pintura. Así, el AEC tras caer 4-0 metió un parcial de 8-0 para ponerse al frente.
Sin embargo llegó la respuesta del local, con un 10-0 gracias a las manos calientes de Leandro Vildoza y el americano Durley para volver a poner al Tatengue arriba (14-8). De cara al cierre del primer chico, el Negro no le encontró la vuelta. A distancia le convirtieron, en la pintura también, y fue una sombra ante un rival que se floreó, metiendo un parcial de 21-4 para cerrar con una gran diferencia el parcial (25-12).
Irreconocible Echagüe. Errático, poco efectivo y sobre todo lento en su retroceso. Y de ello mucho provecho sacó Unión, quien metió en poco tiempo un parcial de 4-0 de contra, para sacar la máxima (17).
En continuidad del segundo chico, el AEC siguió sin encontrar el rumbo. La contra cara fue el Tate, con números más que importantes (65% en tiros de cancha, 50% en línea de tres y 75 en la pintura).
UN SOLO EQUIPO.
El inicio del complemento tuvo más de lo mismo, a diferencia que en la cara de Echagüe, Unión metió 3/3 seguido a distancia, para meter un parcial de 9-0 y sacar la máxima (20). De cara al cierre del tercer parcial, si bien se mantuvo la diferencia del local, Echagüe nunca encontró el camino, perplejo ante la gran actuación de Unión.
Como gran parte del encuentro, el último chico fue de sobra, solo para saber con qué diferencia terminaría ganando Unión ante un desconocido Echagüe. Diferencias que sobrepasaban los 20 puntos daban a entender la gran brecha entre uno y otro. Un equipo (Unión) que nunca relegó espacio ni tiempo, que siguió presionando y su rival (Echagüe), que solo deseaba llegar a la chicharra final para cerrar este capítulo para el olvido, en una de las imágenes más pálidas que mostró en esta temporada. Fue un final a favor del Tate 90-66, y en seis días se volverán a ver las caras, esta vez en el Luis Butta.
Nicolas Furlan, para El Diario.-
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