viernes, 10 de abril de 2015

El uno por uno de otra campaña

Lo que dejó la temporada 2014/15 de #Echagüe.
Tras ser eliminado por Unión de Santa Fe en los Cuartos de final de la Conferencia Norte, el repaso de un año que empezó mal pero que podría haber terminado aun más arriba.


Echagüe ya se despidió del Torneo Nacional de Ascenso hasta la próxima temporada y es momento de analizar lo que dejó su campaña con el repaso del uno por uno y algunas curiosidades de sus números.

PABLO JAWORSKI.
El capitán vivió una temporada rara ya que, a lo largo de su carrera, las lesiones no fueron un problema y en esta, un esguince interno en su tobillo izquierdo lo dejó afuera de 8 partidos. El Pelado, que terminó el año de manera impensada, afuera del último cuarto contra Unión por sumar su segunda antideportiva, promedió 9.4 puntos y 2.2 asistencias en 34 encuentros. En los malos pasajes de la campaña hasta sonó su nombre como posible recambio, sin embargo, levantó su nivel.

LISANDRO RUIZ MORENO.
Se lo vio mucho más maduro, más pensante. No se le “salió la cadena” como en otros tiempos, en el sentido de hacer una de más. Tuvo una gran temporada siendo el goleador del equipo con 16 tantos por noche y 4.2 rebotes. Una potencia impresionante. Por momentos incontrolable para los rivales. Participó de los 42 juegos del AEC, inclusive, cuando sufrió por su lumbalgia. Licha tiene una opción en su contrato para seguir un año más, aunque no es seguro que continúe ya que escuchará ofertas, pagando una rescisión -como ocurrió el año pasado con Pablo Fernández- podría irse.


AGUSTÍN CARNOVALE.
Al comienzo su rendimiento fue irregular pero desde mediados de la Segunda fase se hizo sentir. Solo una vez estuvo afuera, cuando un cuadro de deshidratación no le permitió enfrentar a Oberá TC en el Butta. Su mano de tres fue vital y trajo oxigeno en varios partidos. El rosarino cerró 11.2 puntos y un 40% de eficacia en triples.


DARNEL DODSON.
Echagüe recurrió a él en pos de cambiar su imagen y por una cuestión de roles, ya que Martín Amden pretendía “más juego de afuera hacia adentro”, como el ex DT lo expresó a EL DIARIO, regresó al país en reemplazo de Robert Brown (14.6 tantos y 5.4 rebotes en 17 partidos). D demostró que lo que había hecho en 2013/14 no era casualidad y con su arribo la imagen del equipo se revirtió. Jugó 24 veces, tuvo una media de 15.8 tantos, 6.5 rebotes y 17.2 de valoración. Eso sí, no le pidan que defienda porque, sin dudas, no es su fuerte.

SANTIAGO GONZÁLEZ.
Una verdadera fiera en la pintura. Un titán. El santafesino se ganó el cariño de la gente por su actitud y lucha en los tableros. Con puntos, pero principalmente rebotes -actualmente lidera el rubro en el certamen-, el pivote fue puro corazón y todo ello lo llevó a ser el jugador de mejor valoración del plantel (19.1). Elogiado por sus adversarios, no por nada ayer un club de los que siguen en carrera por el ascenso -sería Instituto de Córdoba- estuvo preguntando por él para incorporarlo y que debute ya este fin de semana. Es más, estarían dispuestos a pagar la anulación del contrato y, obviamente, González está interesado en partir.


LEONARDO PERALTA.
Floja temporada del experimentado pivote que jugó unos pocos partidos de la División Litoral y recién en 2015 se recuperó de su lesión en el gemelo. El interno cumplió un rol clave a la hora de la defensa, sobre todo, en los fuertes duelos con Unión de Santa Fe. Sin embargo, su paso por Echagüe fue sin pena ni gloria y en 33 noches promedió 3.7 puntos y 2.8 rebotes.


EXEQUIEL CASSINELLI.
Nadie habrá querido estar en sus zapatos a la hora de su llegada. Tras su paso por San Lorenzo, el alero arribó justo en los días más calientes de la temporada, cuando después de dos buenas victorias se decidió el corte de Eduardo Calvelli y, posteriormente, el de Martín Amden, justo cuando el DT parecía encontrar el rumbo del equipo. Si bien al principio le costó, el rosarino fue creciendo en su juego y dejó una buena imagen en sus 19 presentaciones (6.9 puntos en 18.6 minutos).

JULIÁN MORALES.
Fue un acierto su llegada a préstamo desde Peñarol. El pibe mostró muchas condiciones y apareció en instantes clave, trayendo soluciones desde el banco, siempre con algún que otro triple cuando el aro se cerraba, o recuperando pelotas importantes. Fue otro de los que se ganó el cariño de la gente por sus ganas. En 41 encuentros, el correntino que promedió 12 minutos cerró 4.5 tantos. Quizás sorprendió su ausencia en la serie con Unión, pero esto se debió solo a una cuestión táctica. La dirigencia le ofreció que siga en el club jugando el Torneo Dos Orillas con la Primera local en el receso, sin embargo, el alero alegó querer irse a Goya para estudiar y luego regresar a Mar del Plata.


LEANDRO CECCHI.
Su rendimiento fue me mayor a menor, con muchos altibajos, los que se acentuaron quizás luego del retorno tras su lesión en el hombro derecho (esguince acromio clavicular), motivo por el cual su lugar fue ocupado por Alejandro Bahler (jugó 6 partidos), cuando la Asociación de Clubes autorizó el recambio.



EDUARDO CALVELLI.
Muy pocas veces pudo hacer pesar su experiencia. Quizás el hecho de haber jugado desde el debut contra Unión de Santa Fe con una fascitis plantar no se lo permitió. Lo cierto es que fue quien terminó, en parte, pagando los platos rotos, aunque su rendimiento (6 puntos en 23 partidos, con un 35% de lanzamientos en cancha), lo llevaron a dejar el equipo.




IGNACIO BARSANTI.
Se ganó el respeto de todos. Mostró ampliamente sus condiciones. Si bien fue doloroso para él tener que reemplazar a Martín Amden, su trabajo no solo en lo basquetbolistino sino con la confianza hacia el grupo le dieron al mismo la inyección anímica para conseguir el cambio que llevó a Echagüe a pasar de los últimos puestos de la tabla a terminar la Fase regular con el número 7. Sería injusto no nombrar a Miguel Zandomeni, su mano derecha, como así también a Edgardo Aldao, el preparador físico. Las horas y horas como asistente analizando videos y haciendo scouting dieron sus frutos. Pensar en la continuidad de Titi no es para nada descabellado.


NÚMEROS QUE VALEN
MEJOR VICTORIA

La derrota del primer punto de la Reclasificación con UNCAus obligaba al AEC a tener que ganar si o si para empatar la serie. Por las dudas, lo hizo por 35 puntos con un 89-54 que terminó siendo la mejor defensa de la campaña.
PEOR DERROTA
Echagüe tuvo noches increíbles, con partidos que parecían ganados y se le fueron de las manos. Pero en lo que respecta a las diferencias, hubo tres caídas por 18 tantos: 66-84 vs. Unión; 80-98 vs. Tiro Federal; y 77-95 vs. UNCAus, estas dos últimas de visitante.
MÁS Y MENOS
En ofensiva, en sus 42 partidos (20-22) Echagüe promedió 79.1 puntos a favor. Su mejor noche se dio en el 102-73 vs. Unión, por el tercer punto de los Cuartos de final. En cuanto a la producción más baja: 59-73 con UNCAus, en Chaco.
NO PUDO
Solo a dos equipos no pudo derrotar Echagüe en toda la temporada. Uno fue Oberá TC, que se impuso 69-84 en Misiones y 86-89 en Paraná -última caída en casa del AEC-. El otro, San Isidro y el increíble 78-79 que se llevó del Butta después de estar abajo toda la noche, y el 73-76 de la revancha en San Francisco.
EL RIVAL
Sin lugar a dudas que fue Unión de Santa Fe. El que le amargó la historia en el debut y lo dejó afuera del certamen. Con el cual terminó 5-6 en la temporada después de los cuatro enfrentamientos por la División Litoral, los dos de la Segunda fase y los cinco de los Playoff.
NEGATIVA Y POSITIVA
Dos veces el AEC perdió tres partidos seguidos. Primero fueron las tres primeras presentaciones del año (Unión dos veces y Rocamora), mientras que la otra racha se dio al comenzar la Segunda fase (Tiro Federal, La Unión y San Isidro). La contracara fueron las cuatro victorias al hilo entre el 6 y 22 de febrero vs. Villa Ángela -único con el que nunca perdió-; Unión (2) e Instituto.

Santiago Reutemann, para EL Diario.
Fotos: Bernardo Albisu

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