jueves, 9 de abril de 2015

Otro año en el mismo lugar… y van

Se terminó el torneo para el AEC y la historia se repite.
Pasó una nueva temporada para Echagüe y el final fue el mismo de siempre, un equipo eliminado y lejos del ansiado regreso a la Liga Nacional. ¿Podrá algún día darse el ascenso? Hasta ahora, tras 19 participaciones en la categoría solo una vez estuvo bien cerca.


La temporada 2008/09 derivó en un antes y un después para Echagüe. Tras aquella noche del 12 de abril de 2009 cuando Oberá TC ganó el quinto punto de la Permanencia por 93 a 82 en el estadio Luis Butta, ese día en que un grupo de hinchas esperó a varios de los jugadores del plantel para despedirlos con insultos, inclusive, hasta el propio Orlando Chungo Butta también tuvo su parte; se puede decir que hubo un cambio con difíciles decisiones que debió tomar la dirigencia.
Y una de ellas, para mí acertada, se dio con el hecho de no comprar más plaza para jugar el próximo Torneo Nacional de Ascenso, apostando a empezar de nuevo después de haber tocado fondo y jugar así la Liga Nacional B con la intención de reorganizarse, no solo deportiva sino también económicamente.
El primer año fue duro, ver al AEC en el tercer escalón del básquet argentino fue difícil, y más complicado se hizo aun cuando el inicio de aquella campaña 2009/10 no fue de las mejores, aunque después, todo una costumbre en Echagüe, logró encaminarse y terminar de una manera digna.
En 2010/11 se fue por un poquito más. Y en la cancha el equipo fue protagonista aunque, de nuevo, llegó hasta donde pudo. Sin embargo, la meta de resurgir de a poco, insisto, tanto deportiva como económicamente, se fue cumpliendo.
Para 2011/12 llegó la hora de tomar otra determinación grande. Ante la reestructuración de las categorías, con el nuevo Torneo Federal bajó la órbita de la Confederación Argentina de Básquetbol -desapareció la Liga B de la AdC- y una mejor situación económica, por tercera vez en su historia Echagüe apostó a la compra de plaza y el regreso a la principal división del ascenso fue posible.
Campaña de lógica transición si se quiere, el Negro se despidió en su primer cruce de Playoffs ante Unión Progresista, a la postre, campeón de esa edición, el que dos años antes había eliminado a los paranaenses y ascendido al TNA.
El desafío ahora pasaba por consolidarse de nuevo y, en cuanto se pueda, empezar a apostar al retorno a la Liga Nacional. Es por eso que para 2012/13 se mejoró un poco el presupuesto, y con cambios en el plantel se encaró una nueva campaña en la que, otra vez, tuvo su punto final ante quien luego sería el mejor del año: Estudiantes de Concordia, que en 2011, por primera vez en su historia, debutó en el TNA.
La gente siempre estuvo, está y seguirá estando, y la misma se ilusionó muchísimo para 2013/14. Si bien alguno pensaba que se podía llegar a mantener cierta base del equipo anterior, otra renovación de fichas llegó aunque, esta vez, nombres destacados en la categoría invitaban a soñar. Sin embargo, la historia se acabó en los Cuartos de Final con Alvear.
Hasta aquí, desde aquel último descenso de 2009, temporada tras temporada siempre se dio un paso adelante, cumpliendo con el propósito antes mencionado. Es por eso que la eliminación del martes ante Unión de Santa Fe dejó, otra vez, un sabor amargo, en otro año parecido más a lo ocurrido con Echagüe desde su primer TNA, en 1994/95, que al crecimiento que se venía dando en los últimos tiempos.
¿Por qué los otros pueden y Echagüe, en 20 años, todavía no ha podido? ¿Por qué clubes como La Unión de Formosa, Ciclista y Argentino de Junín o Quilmes de Mar del Plata pudieron subir, bajar y conseguir nuevamente el regreso? ¿Por qué en Echagüe nunca se apuesta a una base de jugadores y todos los años se renuevan en masa los planteles?
Soy de los que piensan que para esta campaña que ya terminó se dejó pasar una gran chance. Víctor Cajal, Pablo Fernández y Omar Cantón hubiesen sido un gran cimiento, como se pretendió en un principio, y a partir de allí traer refuerzos y armar un plantel para pelear el ascenso. Pero no, al AEC siempre le falta una para el peso. Sin ir más lejos, a ese último equipo de Sebastián Uranga, el cual tuvo una destacada Fase Regular -fue tercero- le jugó una mala pasada el hecho de ser corto. Por eso, este era el año para alargarlo. Y aquí entra en juego el trabajo dirigencial. Nadie dice que se hipoteque el club o se vuelva a los viejos tiempos en los que las deudas terminaban en juicios por parte de los jugadores. Pero sí creo que faltó cierta viveza o tacto como para convencer a los que se fueron para que no lo hagan, y aprovechar mejor lo que fue una campaña donde la expectativa volvió a ser grande. Sin ir más lejos, basta con recordar el quinto punto de la serie con Monte Hermoso en cancha de Sionista.
Hablar de proyectos en Echagüe es imposible. Es más, es una palabra que ya está demasiado bastardeada. ¿Proyecto de qué?, si todos los años se cambia de equipo; si en inferiores no se trabaja pensando en el profesionalismo apuntando a sacar jugadores. Es más, ni siquiera una Primera local fuerte se tiene.
¿Por qué en Echagüe se siguen trayendo buenos valores y de un año para otro se van? ¿Qué pasará, por ejemplo, con uno de los mejores jugadores que llegó este año como Julián Morales? ¿Por qué no se puede tener un propio Morales?
Obviamente que en lo económico siempre está el factor principal de todo esto. ¿No será el momento de agrandar el grupo de trabajo y no que solo una o dos personas tomen las principales decisiones? ¿O será que esto se da así por una cuestión de incapacidad y algunos solo están para figurar?
El simpatizante de Echagüe se banca todo, se ilusiona año tras año pero, a la corta o a la larga, siempre recibe el mismo cachetazo.
¿Qué será del futuro del AEC? Irá de una vez por todas por el premio máximo o seguirá conformándose con jugar por jugar.
¿Cómo puede ser que desde 1994/95 hasta 2014/15 solo una vez se haya peleado un mano a mano por el pase a la A?, y encima se dio con un equipo que, en la previa, parecía una verdadera utopía que pudiera hacerlo (2002/03 vs. Argentino de Junín). ¿Cómo puede ser que desde 94/95 hasta 2014/15 nunca se hayan podido pasar más de dos series de Playoffs? ¿O que la mejor ubicación en 19 participaciones (récord de presencias) sea un tercer puesto (1995/96)?
Es hora de replantearse varios puntos. Nadie duda que, cuando empieza el año, todos quieren que éste termine con el tan ansiado ascenso. Pero también es hora de ver que es lo que no se está haciendo que no permite alcanzarlo.
¿Se podrá alguna vez armar un plantel regular, al que no le falten cosas o que las que le falten sean mínimas? Cuando hay buenos perimetrales no alcanza el dinero para los internos, o viceversa; o si se trae a un extranjero de renombre hay que achicar costos por otro lado. O se va por un buen quinteto inicial pero en el banco no queda nada. O se tarda y duda mucho en hacer un recambio, etc, etc.
Y ojo, esto no es para nada en contra de este plantel que cayó dignamente con Unión y del que ya habrá tiempo para su detallado análisis. Es más, que hasta podría haber pasado la serie porque tuvo sus oportunidades y no las supo aprovechar. El mismo que empezó el año mal y, con cambios -acá la determinación de apostar por Ignacio Barsanti fue clave y hay que reconocerlo, más allá de que el corte de Martín Amden no fue en el momento junto y quedó descolocado- estuvo más acorde a las expectativas y hasta contó con fichas como por ejemplo Santiago González o Lisandro Ruiz Moreno, las que deberían ser tenidas en cuenta para el futuro. Simplemente es cuestión de ver que pasó otra temporada más y Echagüe transita por la misma situación, la cual necesitará de mucho trabajo de la dirigencia para, de una vez por todas, llevar al AEC a donde todos lo quieren ver.
Que no se tire por la borda el avance que hubo últimamente, a pesar de que este año todo quedó en el mismo lugar.


Santiago Reutemann, para El Diario.-

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