jueves, 5 de mayo de 2016

Este equipo tiene… lo que hay que tener

#Echagüe venció 74-72 a Hindú y la semifinal se definirá el sábado, en Chaco, en quinto partido.
Luego de estar 17 puntos abajo, a pura defensa, garra y corazón el AEC revirtió la historia y le regaló a su gente, la que también cumplió un papel clave con su aliento, el triunfo y la chance de seguir más vivo que nunca.


Lo hizo. Costó, no hay dudas, y más que nunca. Pero se salió con la suya, empató la serie 2 a 2 y ahora la semifinal de la Conferencia Norte del Torneo Nacional de Ascenso se definirá el sábado, en Resistencia, en un quinto partido.
Luego de un mal primer tiempo, luego de estar abajo por 17 tantos, Echagüe recurrió a su defensa, a su garra, a su corazón, a una actitud distinta que lo llevó a quedarse con el triunfo en su casa por 74 a 72. Eso sí, no sin antes no sufrir hasta el último segundo.
DOMINADO.
Meter la bola al poste bajo fue casi imposible para Echagüe, ya que una cerrada defensa de Hindú complicó por demás esta opción, generando tiros incómodos. Asimismo, al margen de que la chance de descargar la pelota hacia el perímetro no se vio condicionada, esto tampoco le dio mucho rédito ya que los yerros fueron permanentes (4/11 en cancha con 1/5 de tres).
La confianza de la visita aumentó desde el primer minuto, la cual no solo se vio reflejada en el cuidado de su aro sino también en las ofensivas, donde la tarea de Kenneth Jones brilló de todas partes de la cancha. Así, los chaqueños se ubicaron a 1.40 del final del primer cuarto 20-7 arriba, con 13 tantos de su extranjero.
Dos pérdidas en los últimos segundos fueron el fiel reflejo de un inicio malo del AEC, que se retiró 11-24 al mini descanso.

CUESTA ARRIBA.
Las modificaciones que ensayó Ignacio Barsanti, los ingresos de
Matías Stival y un Jaron Nash más comprometido que otras veces, empezaron a insinuar un cambio (17-26). No obstante, Jones continuó siendo una verdadera pesadilla, junto a Pablo Moya, que también sobresalió (17-31).
El Negro intentó e intentó, y si bien con su foráneo no solo encontró gol sino cierta tranquilidad de saber que, finalmente, se podía contar con él, la notable eficacia de Hindú pesó más y así la visita arribó 15 arriba a los vestuarios (30-45 con 16/19 en dobles). La máxima llegó a ser de 17 (26-43).
OTRO EQUIPO.
Encontrarle la vuelta no solo a su defensa, sino también a la de los chaqueños, sería vital de cara al futuro del partido. Pero el AEC continuó complicado en ambos aspectos. Puntos cosechó más que nada desde la línea, aturdido contra las marcas intercaladas que dispuso Jerónimo Trezza para custodiar su canasto, y solo con eso no le bastó para acortar la brecha de 15 tantos que manejó la visita.
A falta de 3.10 para terminar el tercer chico, un triple de Carnovale dejó 43-54 el tanteador y trajo un clima esperanzador, el cual se potenció con las conversiones de Santiago González, el empuje de la gente, y un bombazo del pibe Eugenio Zustovich, para así terminar 50-57 el cuarto (AEC lo ganó 20 a 12).
Garra, corazón, actitud, defensa, todos los puntos que caracterizaron durante la temporada a esta versión de Echagüe se alinearon y se potenciaron en el último periodo en el que el AEC, en 2.09 minutos, con un parcial de 8-1, con volcada de Cabello incluida, logró empatar todo en 58 y, más tarde, con un triple de Ruiz Moreno pasar al frente por primera vez en la noche (61-58).
Zustovich cumplió un rol clave, su función: asfixiar con su marca a Nicolás Paletta, el único base de Hindú.
Obviamente, los de Resistencia nunca se entregaron a pesar del mal pasaje, y el juego siguió con su tanteador parejo.
Cuando la visita recuperó la ventaja (63-64), este renovado Echagüe siguió por el buen camino y con 2.01 por delante quedó 74-66.
Hindú amenazó con su efectividad desde la línea (74-72 a 42.7 segundos) y luego fue por más. Un robo entre Cabello y Torre le dio todo a los paranaenses para liquidar la historia pero, increíblemente, el base erró solo una bandeja.
Todos en el Butta se quedaron con el corazón en la boca y, a su vez, todos hicieron fuerza para defender la última pelota y así festejar, como se esperaba.

Santiago Reutemann, para El Diario.
Fotos: Bernardo Albisu

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